domingo, 16 de diciembre de 2012


Te espero

Te estoy esperando, Amor,
aunque tu ausencia me hiela
los entresijos del alma
que en silencio se lamenta.

Te estoy esperando, Cielo,
en la puerta de mi tienda
envuelta en el verde manto
de mi Esperanza desierta.

Te estoy esperando, Esposo,
por si llegas a mi cerca.
Aunque la Noche sea Oscura,
yo te aguardaré despierta.

Te estoy esperando ¡Ven!
¡Ven pronto!, no te detengas.
El aire que te precede
contiene sones de fiesta.

Tu llegada me dará
la felicidad completa.

(no sé de quien es, pero me ha gustado para éste periodo de Adviento, espera, preparación, esperanza, Amor...).

domingo, 2 de diciembre de 2012

Iglesia

"¿Qué discutible eres, Iglesia, y cuánto te quiero! ¡Cuánto me haces sufrir y, a pesar de todo, cuánto te debo!... Me has escandalizado más de una vez, pero tengo necesidad de tu presencia, porque me haces entender lo que es la santidad.
Nada he visto en el mundo más frágil, más lamentable y manchado..., y nada he tocado más puro, más generoso y más bello.
Cuántas veces he tenido ganas de cerrar en tu cara las puertas de mi alma y cuántas veces he pedido poder morir en tus brazos seguros. No, no puedo librarme de ti, porque soy tú, aun siendo completamente yo.
Y ¿adónde iría después? ¿A construir otra? Sé que no podía construirla sino con los mismo defectos, con los míos que llevo dentro. Y, si la construyo, sería "'mi iglesia', no la de Cristo... Soy bastante mayor para entender que yo no soy mejor que los demás.
Aquí está el misterio de la Iglesia de Cristo, verdadero misterio impenetrable: tiene el poder de darme la santidad y está formada toda ella, del primero hasta el último, de pecadores. Tiene la fe omnipotente e invencible de renovar el misterio eucarístico y está compuesta de hombres débiles, que se debaten cada día contra la tentación de perder la fe. Lleva un mensaje de pura transparencia y está encarnada en una masa sucia, como sucio es también el mundo...
No, no me voy de esta Iglesia fundada sobre una piedra tan débil, porque fundaría otra sobre una piedra ún más débil, que soy yo".
(Carlo Carretto, teólogo).
 
Un texto, cuanto menos, curioso, y que puede dar algunas buenas pistas para reflexionar.