jueves, 24 de julio de 2014

Comenzar cada mañana


         La grandeza de la imperfección te lleva a comenzar cada mañana, a luchar cada día desde el primer momento en el que abres con cuidado y cariño tus ojos. La pereza, el cansancio, la energía, la alegría, la ilusión… empezar el día, con tu primer pensamiento para Dios, con los primeros planes a seguir, la primera oración, el primer movimiento… Gracias, Señor, por no hacerme perfecto, por tener que ser proceso para todo, por tener que aprender a ser en cada momento, porque justamente eso me hace sentir lo que soy.

sábado, 5 de julio de 2014

Momentos de Dios

        Parece ser que hoy toca vela. Una parada en el camino diario para pensar en el pasado, en el presente, e incluso en el mañana. Lo primero, gracias Señor, por este momento, "Momento de Dios". Es tiempo de mirar, reflexionar, abandonarse y entregarse. Ahora las actividades han parado, el día deja paso a la noche y yo, en vela, tengo un tiempo privilegiado para agradecer. Mientras que todo calla y parece desaparecer, mientras los últimos coches se despiden rugiendo, el silencio, la tranquilidad, y tu presencia. Dan ganas de hacer una tienda para que esto se alarge en el tiempo, para seguir disfrutando de este momento, pero, por experiencia, sé que mirarme a mi no es el camino, recibo este momento como un don, como una oportunidad, como un regalo, desde el amor del amado a su amada, desde la entrega de mi Dios a aquel que lucha cada día por hacer lo mismo. El camino para aprovechar realmente estos momentos es el de la entrega, el del seguimiento. Gracias, Señor, por buscar mi crecimiento, por acompañarme siempre, por educarme, por hacerme madurar, por amarme y por poder amar. Gracias por este encuentro.