jueves, 24 de julio de 2014

Comenzar cada mañana


         La grandeza de la imperfección te lleva a comenzar cada mañana, a luchar cada día desde el primer momento en el que abres con cuidado y cariño tus ojos. La pereza, el cansancio, la energía, la alegría, la ilusión… empezar el día, con tu primer pensamiento para Dios, con los primeros planes a seguir, la primera oración, el primer movimiento… Gracias, Señor, por no hacerme perfecto, por tener que ser proceso para todo, por tener que aprender a ser en cada momento, porque justamente eso me hace sentir lo que soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario