viernes, 2 de diciembre de 2011

No te conformes, ¡Con-fomate!

Quiero compartir con vosotros una reflexión que ha sido colgada en la página de http://www.paulesmadrid.org/, en su sección de noticias (y seguramente también en el de http://www.paulessalamanca.es/). Tanto mi em@il como los comentarios que aparecen siempre debajo del artículo en el blog están abiertos por si hubiese que especificar alguna duda o comentario sobre él, y de la misma forma todo cuanto cuelgo en este blog.
Muchas gracias por compartirlo también vosotros/as.

No te conformes, ¡Con-formate!:

Ya me lo decía mi madre, lo que te parece importante, a veces no lo es tanto para los demás. Y esto lo comprendo con el fútbol, el baloncesto, los dibujos o la consola, pero hay cosas que son más importantes que esto, como la muerte de niños, la gente sin hogar, la explotación de personas (mujeres, niños…), etc. Y me cuesta comprender como no reaccionamos, y al mismo tiempo lo entiendo, porque a mí también me pasa a veces, que no es el momento aún, que no tengo fuerzas suficientes, o que simplemente no quiero. Que yo comprenda esto, no quiere decir que esté conforme, no, pues sino no escribiría esto.

Algún profesor que he tenido decía que Cristo era un incomprendido, que era un solitario, no porque quisiera estar o estuviera solo, sino porque nadie podía comprenderle, yo no aspiro a tanto, pero a veces me pasa así.

¿Qué se puede hacer? ¿Qué puedo hacer? ¿Estoy en lo cierto, o son historias mías? Hay gente que le gustaría que todo estuviera organizado, ordenado y cuadrado, pero no es así, pues no todos somos iguales ni tampoco tenemos las mismas capacidades y cualidades; a otros les gustaría que se viviera la austeridad, pero, estamos en las mismas, a otros… ¿hay solución para esto? ¿Es realmente un problema, o estoy otra vez con mis historias? Mientras pienso esto y otros duermen, otros mueren, por ejemplo ahora,… ahora mismo está muriendo un niño y yo aquí, cenado, sentado y con un ordenador, escribiendo y preguntándome, mientras otros también se preguntan ¿por qué? O simplemente se dejan morir. Por todos estos unas líneas de silencio.





No es fácil arreglar las cosas, ni si quiera el plantearlas de esta forma quizá ayude, pues el arreglar, implica ya que hay algo desarreglado, pero ¡es tan difícil pensar que no es así! ¡Cómo va a estar todo arreglado si muere la gente, si hay guerras, si sigue habiendo gente pasando necesidad…! Quizá esté soñando en ese mundo idílico, perfecto, en el que todo es guay y nadie tiene que estar sufriendo, y ese sea mi error. O quizá tenga razón y haya que ir creando ese mundo “perfecto”, ya en este, que no parece serlo. Cristo no erradicó la pobreza, pero sí hizo ricos a los pobres, dándoles una riqueza que no podía darles el mundo (no material, no económica), y desde esa riqueza les devolvía no sólo al mundo o a la sociedad, sino que les devolvía la vida y a la vida. Yo no cambiaré el mundo acabando con la pobreza, pero si estoy llamado a enriquecer a los pobres, personas que llamamos así, pero que son ricas también, pues te enriquecen a ti y a quien tenga la disponibilidad de permitírselo hacer, si no lo fueran no podrían hacer esto. ¿Qué tipo de riqueza? La misma que dije antes en boca de Cristo, pues así me ha enriquecido a mí. San Vicente decía que somos unos privilegiados por poder hacer lo mismo que vino a hacer el Hijo de Dios, y no se equivocaba, pues estamos llamados a dar una riqueza que no quita el hambre, pero que alimenta, que no se pudre (como decía Pablo), aun cuando se moje, pase frío, soledad o enfermedad, o incluso muerte. Esta riqueza también se sirve de la material pues como personas tenemos unas necesidades, pero no se reduce a esta, va mucho más allá.

Aunque siga habiendo pobres y ricos, económicamente hablando, no nos olvidemos de que nosotros aunque ricos somos pobres y aunque pobres somos ricos, vivamos conforme a tal. El que tenga oídos que oiga y el que no, que no se preocupe, porque para esto no hacen falta oídos, sino corazón.

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