Bueno, es difícil compendiar tres días después lo que uno
ha vivido, pero esto me resultará fácil, pues todavía es como si acabara de
pasar.
Llegamos Isra y yo al embalse de la Almendra el sábado a
eso de las 19:05, más o menos, y comenzamos a tirar la caña, él con lombriz y
yo con spinners (para lucio, esos pececillos de mentira que nadan como los de
verdad). No nos entró ninguno. Tras recorrerme media costa del embalse y volver
junto a mi compy (aburrido casi), vimos que un hombre mayor y su “nieto”
sacaban las carpas como churros. Me dije, ¡vamos a aprender! Y fui a ver qué
cebo estaba usando. Resulta que el cebo era conocido (maíz), pero la forma de
colocar el aparejo… lo que es la mecánica de la caña, era novedosa para ambos.
El hombre se estiró más que el boomer, nos contó y explicó como debíamos poner
la caña según la veleta inglesa (que por cierto es una chulada) y después se
fue. Nos quedamos allí los dos, viendo como los peces, incansables, seguían
saltando desde que habíamos llegado, que capacidad!!! Y a la media hora,
después de una pequeña picada (que perdí por impaciente), llegó la gran picada:
una carpa de 2 kilos aprox. Mordió con decisión los granitos de maíz (que por
cierto nos había regalado este personaje) y comenzó el tira y afloja, que
delicia!! Isra rápidamente empezó a aconsejar los sitios mejores para traerla y
no enganchar con su línea (sedal) pues la carpa comenzó a ir de un lado a otro.
Ciertamente no tiraba mucho, sólo al principio quiso quitarme unos cuantos
metros de sedal, pero después, me la fui ganando poco a poco y mi compy la sacó
con la red. Un ejemplar muy bueno!!! que después de bendecirle, nos comeremos
en escabeche, Dios mediante. Os pongo alguna foto para que podáis disfrutar un
poco.
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