Uno de los momentos que, en esta
Semana Santa tuve fue la oración matinal. Éste momento de oración,
contemplación, tranquilidad y compartir (puesto que no estaba solo), es de esos
que no se olvidan en la vida, de esos que gustan saborear y que, por supuesto,
dejan un aroma perfumado en tu interior. Si la foto os parece bella, no os
imagináis la foto interior.
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