viernes, 14 de octubre de 2011

Disfruta

Dice el evangelio de Mt 19, 29 que “… recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna”, que cierto es esto, en el sentido siguiente: hay veces que el Señor te dice algo y esperas, porque confías, y lo cumple, otras veces sin esperarlo recibes mucho más de lo que has dado (¡si es que has dado algo!, pues hay veces que sin dar nada se recibe mucho). La moraleja de esto es que Dios es amor y que siempre cumple su promesa. Lo que hay que saber es escuchar para conocer cuál es su promesa (porque a veces nos confundimos nosotros/as y ponemos promesas en Dios que no son, y que son nuestras o son simples deseos, que como personas limitadas tenemos). Así pues, deciros que cuantos regalos recibáis de Dios, disfrutadlos, a veces son grandes, a veces pequeños, pero no son medibles ni en cantidad ni en volumen, lo que si son, seguro, REGALOS DE AMOR.

Desde lo espiritual a lo mundano, de golpe y porrazo, pero es que en mi no hay división sino pluralidad. Comentar que, Dios mediante, haré las pruebas para un equipo de baloncesto en la Universidad Pontificia de Salamanca. Es uno de estos regalos de Dios, que a través de la comunidad y la UNI me hace, veréis: chándal, equipación, inscripción, federación, viajes (incluidas comidas o cenas si fuera necesario), lo paga la Universidad, yo sólo tengo que jugar, participar y disfrutar (estos son los objetivos que en la inscripción aparecen). Jugaré (si paso las pruebas) en el equipo formado por las universidades de Salamanca (entre las que están la gente de Magisterio Ed. Física) frente a otras Universidades como la de León, Valladolid y Burgos.

Estoy muy ilusionado, no por el hecho en sí, que también, sino porque sé (pues he escuchado, reflexionado y discernido [solo y en comunidad]) que es un regalo de Dios, y esto no es una forma de hablar, es así (y esto es lo que más alegría me da, jugar porque Dios quiere que lo haga). La comunidad está de acuerdo con ello (también lo han discernido por su cuenta).

Quería compartir este regalo, que me hace disfrutar tanto espiritual como materialmente. Hay otros regalos, pero esos los dejo para otra vez.

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